Gracias, Benedetti, ¡lo que estoy aprendiendo!, siento que parezca un coñazo.
Me corrijo:
A todo volumen:
A. 16 Ohm (10mW) 20*log(10) = 20 + 113 = 133 dB (En la escala sony, serían 30, considerando que la escala sea lineal, a 15, que es como me gusta, sería el 50% = 66.5 dB)
---------------> Le resto (25-7) porque el silencio absoluto sólo está en el espacio = 48.5 dB
B. 64 Ohm (50mW) 20*log(50) = 33.97 + 102 = 135.97 dB / 2 = 67.985 dB.
---------------> Le resto (25-7) -aunque me temo que el aislamiento de los ultrasone pueda ser menor que 7(ese dato no lo he encontrado) = 49.985 dB
Desde este punto, y leyendo el resto del post de Benedetti, tengo dos faenas pendientes:
1. Averiguar si los potenciómetros son lineales o logarítmicos (con lo que mi anterior cálculo del 50% también estaría equivocado ¿no?.)
2. Averiguar a qué dBs puedo escuchar música, digamos, un promedio de 1h diaria, sin que se resientan los oídos.
Simplificando, mi objetivo final es ajustar la música que hago a ese margen de comodidad. La teoría de masterización clásica recurre a la compresión, la maximización y la limitación, pero a mí me resulta artificial y aburrida esa música. Por otra parte, no hay mejor dinámica que un concierto de clásica, pero en un reproductor y en el metro o en el coche, o subes y bajas el volúmen todo el rato o te pierdes la mitad. Sin embargo, creo que si el compositor hubiese tenido en cuenta otras formas de escucha (además de la de la sala de concierto) hubiese ajustado el rango dinámico de su composición a esas formas. Así, controlaría desde que punto empiezan a escucharse sus sonidos y hasta qué punto puede llegar, lo que reduciría su rango pero, combinándolo con el juego de timbres le daría un buen control, además de ganar en naturalidad (el técnico de masterización no debería hacer mucho) y comodidad.
Bueno, paro de divagaciones....